Esta semana he tenido un encuentro con algunos aspectos teóricos del estudio independiente, en los que se enmarcan una serie de características, actitudes y aptitudes pertinentes y otras que no tanto. Sin embargo, como referente principal de lo que leí durante la semana finalmente me encuentro, al considerarme sujeto en esta modalidad de estudio.
En esta medida, la exploración teórica tiene significado, ya que le puedo aterrizar desde la perspectiva de dos elementos esenciales para el proceso de enseñanza aprendizaje en la modalidad independiente; como asesor de contenido en una escuela de educación media superior de un sistema de educación abierta y también como estudiante de este módulo propedéutico manejado con una modalidad de estudio en el predomina lo independiente.
Este ejercicio comienza a sensibilizarme con respecto a las actividades que realizo en mi centro de enseñanza como asesor de contenido y correr e velo a muchas de las estrategias que he aceptado como válidas y pertinentes para facilitarle la adquisición de conocimientos los estudiantes pero que solo son una versión diluida de estrategias tradicionalistas, sin prestar atención a que, en el campo en el que me desempeño es fértil para emplear una creatividad respaldada por las consideraciones de quienes se han permitido explorar esta modalidad más a fondo.
Las consideraciones sobre las capacidades que los estudiantes deben adquirir al desarrollarse en un ambiente de estudio independiente que maneja De los Santos (“El estudio independiente: consideraciones básicas” en Ávila, 1996. Estudio independiente) son las que llamaron mi atención. Pues señalan en resumen lo que cualquier asesor quisiera para su estudiante y como estudiante quisiéramos ser competentes en cada una de las cinco capacidades enunciadas por dicho autor.
Así, las aspiraciones a que el estudiante establezca contacto con las cosas o ideas por sí mismo, emprenda por si mismo los fenómenos y textos, planee acciones para solucionar problemas por si mismo, ejercite actividades para manejar la información mentalmente y mantenga una auto motivación para las actividades propias de su aprendizaje, son altas y requieren de un extremo compromiso con nuestro desarrollo educativo; lo cual supone a su vez una madurez que permita distinguir las guías de nuestros actos de enseñanza y de aprendizaje.
En relación a si es necesaria la interacción en la modalidad del estudio independiente debo retomar a De los Santos (“El estudio independiente: consideraciones básicas” en Ávila, 1996. Estudio independiente) quien cita:
En el ámbito de los sistemas educativos no tradicionales (como la educación abierta y la educación a distancia) continúa hoy en día la disputa sobre los planteamientos que se basan en la comunicación bidireccional y en la interacción, como un componente necesario y central por la realización adecuada de procesos educativos de alto nivel cognitivo.
Es importante coincidir que aún en las discrepancias de este asunto es necesario empezar seguir concretando estrategias que faciliten el aprendizaje, ya sea considerando a la interacción desde distintas perspectivas teóricas, pero ahora también tecnológicas, pues solo conociendo los productos de estas podremos establecer su pertinencia o no en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
REFERENCIAS:
De los Santos, E. El estudio independiente: Consideraciones Básicas. En Ávila, P. Morales, C. (1996) Estudio independiente. México: ILCE
En esta medida, la exploración teórica tiene significado, ya que le puedo aterrizar desde la perspectiva de dos elementos esenciales para el proceso de enseñanza aprendizaje en la modalidad independiente; como asesor de contenido en una escuela de educación media superior de un sistema de educación abierta y también como estudiante de este módulo propedéutico manejado con una modalidad de estudio en el predomina lo independiente.
Este ejercicio comienza a sensibilizarme con respecto a las actividades que realizo en mi centro de enseñanza como asesor de contenido y correr e velo a muchas de las estrategias que he aceptado como válidas y pertinentes para facilitarle la adquisición de conocimientos los estudiantes pero que solo son una versión diluida de estrategias tradicionalistas, sin prestar atención a que, en el campo en el que me desempeño es fértil para emplear una creatividad respaldada por las consideraciones de quienes se han permitido explorar esta modalidad más a fondo.
Las consideraciones sobre las capacidades que los estudiantes deben adquirir al desarrollarse en un ambiente de estudio independiente que maneja De los Santos (“El estudio independiente: consideraciones básicas” en Ávila, 1996. Estudio independiente) son las que llamaron mi atención. Pues señalan en resumen lo que cualquier asesor quisiera para su estudiante y como estudiante quisiéramos ser competentes en cada una de las cinco capacidades enunciadas por dicho autor.
Así, las aspiraciones a que el estudiante establezca contacto con las cosas o ideas por sí mismo, emprenda por si mismo los fenómenos y textos, planee acciones para solucionar problemas por si mismo, ejercite actividades para manejar la información mentalmente y mantenga una auto motivación para las actividades propias de su aprendizaje, son altas y requieren de un extremo compromiso con nuestro desarrollo educativo; lo cual supone a su vez una madurez que permita distinguir las guías de nuestros actos de enseñanza y de aprendizaje.
En relación a si es necesaria la interacción en la modalidad del estudio independiente debo retomar a De los Santos (“El estudio independiente: consideraciones básicas” en Ávila, 1996. Estudio independiente) quien cita:
En el ámbito de los sistemas educativos no tradicionales (como la educación abierta y la educación a distancia) continúa hoy en día la disputa sobre los planteamientos que se basan en la comunicación bidireccional y en la interacción, como un componente necesario y central por la realización adecuada de procesos educativos de alto nivel cognitivo.
Es importante coincidir que aún en las discrepancias de este asunto es necesario empezar seguir concretando estrategias que faciliten el aprendizaje, ya sea considerando a la interacción desde distintas perspectivas teóricas, pero ahora también tecnológicas, pues solo conociendo los productos de estas podremos establecer su pertinencia o no en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
REFERENCIAS:
De los Santos, E. El estudio independiente: Consideraciones Básicas. En Ávila, P. Morales, C. (1996) Estudio independiente. México: ILCE
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