domingo, 6 de julio de 2008

Más sobre la observación objetiva.


La dificultad en la consecución de una observación objetiva es evidente, aunque siempre ha habido entusiastas de esta actividad, desde Bacón con su Tablas de las Ausencias y de las Presencias, con las que dejó claro la importancia de esta actividad para el desarrollo de las ciencias; sin embargo, sigo reflexionando sobre cómo aterrizar este tema en nuestra la realidad; por ello me hice hacia atrás para ver mejor y busqué cómo aplico la observación en mi práctica; pero no solo eso, además debía reconocer cómo le hago para garantizar en ella cierto grado de objetividad.
Luego de pensarlo recordé los requerimientos que se nos hacen la planeación didáctica en la institución en la que trabajo y las listas de cotejo, además de los instrumentos de evaluación requeridos y ahí entre toda esa maraña de datos brilló la luz y distinguí algo que la costumbre había alejado de mi perspectiva.
Algunos formatos de guías de observación que he diseñado para la evaluación de desempeños en mis estudiantes, las cuales permiten determinar criterios lógicos y apegados a los requerimientos del programa, a los contenidos y a las competencias a desarrollar.
Las aplico comúnmente en exposiciones o actividades grupales y son funcionales. Sé que el grado de objetividad que requiero de acuerdo con lo que dije en el documento anterio, es menos estricto, sin embargo garantiza, de acuerdo con los criterios establecidos, que la observación realizada y los datos obtenidos sostengan una calificación objetiva.

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